Cuando hablamos de inteligencia emocional, muchas cosas vienen a nuestra mente algunas ajenas y otras asociadas a una teoría específica que necesita ser estudiada para ser aplicada. Sin embargo estas dos palabras hablan de lo que más mueve al ser humano en su experiencia de vida: sus pensamientos y sus emociones. Dos aspectos que dan el norte a cada acción que realizamos, a la forma en que nos manifestamos, lo que soñamos etc. En la labor de padres necesitamos orientar con inteligencia esto quiere decir que nuestras emociones y sentimientos no interfieran a tal punto que nos manejen y alejen del propósito real que es entregar herramientas e información a los niños que les sirva para construir una vida sana y feliz.
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